Viajar a la India en julio es muy recomendable, ya que es el mes de las peregrinaciones religiosas. Con la llegada del monzón las temperaturas caen y el norte se convierte en un destino perfecto para el viajero.
Por qué viajar a la India en julio
Si vas a viajar a la India en julio lo primero que tienes que considerar es que es la época del monzón, algo que se convierte en una ventaja a la hora de visitar el norte del país. Con la llegada de este viento estacional la temperatura baja considerablemente en el norte de la India, sobre todo en el desierto de Rajastán.
Por ello también es un momento perfecto para visitar los palacios y fuertes de Jaipur y Udaipur en su máximo apogeo. Jaipur, la ciudad rosa, no solo es conocida por sus bellos palacios, sino por el ritmo y la vida que están presentes en sus calles. Viajar a la India en julio permite, por ejemplo, adentrarse en dos de sus calles más populares, Chaura Rasta y Badi Chopar, repletas de bazares.
Si vas a viajar en julio, coincidiendo con el verano en India, otra alternativa para los entusiastas del deporte de alta montaña es practicar trekking en las cotas más elevadas del Himalaya.
¿Qué más puedo hacer al viajar a la India en julio?
Julio es un mes en el que desciende considerablemente la actividad agrícola en la India y se suceden las peregrinaciones a los lugares santos. Los musulmanes tiene en su calendario dos fechas muy importantes. El 1 de julio celebran el Festival Jamat Ul-Vida, en día santo antes del último día de Ramadán. Y el 7 de julio es Eid-Ul-Fitar. Es la fiesta de fin del Ramadán, el momento en el que los musulmanes dan por finalizado el ayuno y se reúnen para comer en familia.
El viajero que vaya a viajar a la India en julio podrá además disfrutar de un festival hindú, Rath Yatra (6 de julio). Los devotos celebran la visita de Yagannätha, una de las manifestaciones de Krishna, al templo de la reina Gundicha. Las carrozas y desfiles que se realizan en la ciudad de Puri son espectaculares.